miércoles, agosto 24, 2005

Esas vacas pasadas

No hablo de rumiantes, sino de esos días de asueto, divertimento y genuflexión (con un niño estas la mayor parte del tiempo colocándote a su altura) que pasan rápidos cual tren AVE que no pase por territorio catalán.

Pues a lo que iba: han sido sólo tres semanitas, en algunos aspectos han cundido una barbaridad, pero en otros nada de nada: de todo lo planeado, poco se hizo.

La primera semana, bueno, pongamos los primeros diez días estuvimos de 'vacaciones' en Castelldefels: Carles se puso malo nada más empezar y se complico el catarro con conjuntivitis; en fin, de médicos, dormir mal y comer poco. En una semana estaba mejor, así que cambiamos el enfoque inicial de ir a Menorca o por la costa y decidimos hacer el tour por el interior para ir a León.

O sea, salimos el Jueves 11 y la noche la pasamos en Pamplona, exactamente en Berrioplano, en el NH Hostal el Toro. Nos gusto un montón y fue una pena parar sólo una noche. La mañana siguiente estuvimos en plan turistas recorriendo Pamplona (poquito) y nos gusto mucho, sobretodo esos parques tan guapos (el de la Taconera es precioso, aquí hay un poco de todo) y por la calle de la Estafeta, como no!! Paramos para comernos unos pedazo de montaditos ktkgas , Carlos/es se pusieron las botas (vaaaale, yo también ;) ) y hubo anécdota incluida: Carles se puso un 'pelín' pesadete (vamos, en plan guanugnuahgmmm -- traduciendo: bajadme de la silla, quiero el tenedor, dame el servilletero...), hasta que el dueño del local se nos acercó y con esa voz potente le suelta: "a ver, tú, rubiales, que es eso de ponerse así? mira que saco al perro que tengo ahí atrás y lo suelto, cagüensos!!". Sólo digo que cada vez que se ponía mongo el niño, le soltábamos: mira que viene el mozo ese de Pamplona del perro, eh? calladito, calladito que se nos quedaba, osches.

Una cosa que se me ha olvidado comentar es la experiencia de un viaje largo en coche con un veintemesino atado a una sillita de viaje... en fin, toda una experiencia... por lo menos cuando se dormía se relajaba, aunque sólo fueran dos horas. Como podéis suponer, me pasé todos los trayectos de coche sentada detrás para que el pobre no se aburriera.

Nos pusimos en ruta hacia León, al pueblo de mi suegra en cuanto pudimos. Llegamos a Vega de Gordón sobre las siete de la tarde, así que ese día (y los siguientes, claro) el horario de sueño de Carles se alteró un pelín. Allí estuvimos durante unos tres días y sus cuatro noches en las cuales, menos la primera, salimos todas, teníamos canguros!!! (y ellos encantados, se nos unió también una tía de Carlos que estaba en el pueblo también). Así que estuvimos en las fiestas de Boñar, otra en el Húmedo de León y la fiesta de la fuente en el pueblo con los amigotes+sidra+bollo preñao (o sea, un pan con chorizo incorporado que se cuecen a la vez... hambretengodios!). También, como no, hubo eso de 'amosaenseñaralniñoatooooodalafamilia', que no es poca cosa! Carles tuvo mucho éxito, todo el día sonriendo, o sea la frase era: que simpático y que guapo!!! (esperad, recojo babas y prosigo) .

Y por último, el 'Retonno' (accidentado en un principio, porque Carles se mareo con todas sus consecuencias...) hacia Barcelona tuvo una parada de dos días en Madrid. Bueno, en Madrid, Madrid no (ni entramos, eso queda pendiente), en la Rozas, en casa de mis tíos. Que bien que estuvimos: buena compañía, piscinica y calor ( y del bueno, del que se aguanta muy bien) . Sólo íbamos a quedarnos una noche, perooo... sí, Carles se nos volvió a constipar! (teoría: el puto aire acondicionado del coche) así que visto la alegría con la que se subía al coche normalmente y el estado de moquera agüaril, decidimos quedarnos un día más; fue un acierto por que el viaje fue soportable para todos (menos el último tramo, desde Lleida que ya no sabíamos como sentarnos en el coche...

Y para cuando llegamos, venga!! a casa de mis padres a recoger a Lula, que menos mal que no vino con nosotros. Se lo pasó de miedo en casa de mis padres. Lo mejor del viaje: cuando se reencontraron ella y Carles!! La cara del peque y su felicidad; no hacía más que decir CU-CA!!CU-CA!!, y venga abrazarla y darle besos!! la perrilla flipaba, bueno, todos flipamos un montón. No pensábamos que la hubiese echado tanto de menos (nos emocionó mucho, fíjate tú…)

y los cuatro días restantes, de lluvia en lluvia y tiro porque me toca.

Os ha molao el resumen? a mi jefe le ha encantado! ;P
Colgaré fotos, lo prometo de verdad!!!

PD: Sólo hemos pisado (literalmente) la playa una tarde y en Sitges… si ya tienen razón con eso de ‘en casa de herrero, la playa ni la pisas’.